“No es valiente el que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo”
(Nelson Mandela)
¿De dónde procede el miedo?
El miedo es hijo de una infidelidad según las mitologías griega y romana. Venus, (diosa del amor) tuvo un romance con Marte (dios de la guerra) fruto del cual nacieron nada más ni nada menos que ¡cinco hijos!; dos de ellos, Fobos (de ahí el término fobia) y Deimos (equivalente a terror). El mito quiere recoger dos ideas: Tenemos miedo a perder aquello que queremos, ya sea un ser querido, una posición o una determinada reputación; y en muchos casos detrás de actitudes agresivas (Marte), se esconde el miedo.
¿Somos Juan sin Miedo?
Seguro que más de una vez habremos oído la valiente frase: “yo no tengo miedo”. Sin embargo, queridos amigos, la verdad es que todos tenemos miedo. Está en nuestra naturaleza y se activa cuando percibimos una amenaza. Sin embargo detrás de este miedo se esconden varias emociones como estrés, ansiedad, angustia, sobresalto.... Pongamos el caso de que a primera hora de la mañana nuestro jefe nos llama para que acudamos a su despacho. Una vez dentro nos dice que estamos despedidos. Es muy curioso cómo el cuerpo reacciona ante una situación así que cataloga como "peligrosa" . En apenas segundos, el organismo es capaz de liberar la suficiente adrenalina que nos permite a) huir (opción a veces la más aconsejable), b) adoptar una actitud agresiva (no recomendable para la otra persona, pues no quiere irse con un ojo morado a casa) y c) quedarse paralizado.
Como una vez dijo Woody Allen (actor, director y escritor estadounidense):
“El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro”
Este miedo que sienten las personas se puede extrapolar al mundo empresarial.
¿Y a qué tenemos miedo en el trabajo?
Para responder esta pregunta lo primero es preguntarse qué es lo que nos motiva en el trabajo. Según la teoría propuesta por David McClelland (profesor de la Universidad de Harvard) tenemos tres tipos de motivos que explican nuestro comportamiento en el trabajo: logro, afiliación y poder o influencia. Estos son una cara de la moneda. Detrás de ella se oculta el miedo, camuflado bajo cinco tipos íntimamente relacionados y equilibrados, pero cuando perjudican nuestro talento actúan como tóxicos. Ahí está la clave: cuando trabajamos bajo una presión o miedo nuestra mente se paraliza impidiendo poner en juego todo nuestro potencial. Los cinco tipos de miedo son:
Miedo al fracaso, que podría definirse como miedo estrella de las empresas. ¿Cuántos han sido despedidos de un trabajo y han evitado que se sepa? Es como una “mancha” en nuestro excelente expediente laboral.
Miedo al rechazo “¡Quiéranme por favor!” Este motivo viene dado por la presión del grupo, las inseguridades individuales y el temor que subyace de fondo.
Miedo al cambio. “¿Un cambio? ¡Ni de broma!” La base de este miedo es la incertidumbre, y es que el hombre necesita información (está en su naturaleza). Este miedo puede deberse a no estar familiarizado con el cambio o bien porque inconscientemente procesamos el cambio como negativo. Como bien diría Mafalda:
“Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal”
El cambio rompe los esquemas, sin embargo para que la empresa evolucione y se mantenga en la cresta de la ola son necesarios los cambios. Pueden concebirse como una forma de crecer y no estancarse.
Miedo a la pérdida de poder “el poder es una droga”. Este miedo nace de la necesidad de influir en terceros. Según cuenta Pilar Jericó, posiblemente es el más importante en el mundo directivo (aunque abiertamente no se reconozca).
Miedo a la no supervivencia. “No llegaré a fin de mes”. Tiene un impacto en nuestra vida personal pues es el miedo a perder otras cosas. Depende de lo vulnerables que seamos a perder el trabajo.
Teniendo en claro el concepto de los tipos de miedos ahora es necesario establecer las ideas de trabajar bajo un tipo de organización NoMiedo, que se establece como un desafío para las empresas.
¡NoMiedo en la empresa, por favor!
Se proponen desafíos profesionales NoMiedo basados en la superación del miedo, en el sentido no de enfrentarse a él directamente (¡error!) sino apoyarse en la motivación y, en especial, en la misión que uno escoge y que nos trasciende (como bien explica Viktor Frankl, psicólogo y psiquiatra judío, en su libro titulado “El hombre en busca del sentido”). Trabajar en equipo nos ayuda a ser más grandes y a superar nuestras propias limitaciones (la mentalizad con la que vayamos es el principal creador de miedos).
El éxito de una empresa se basa en potenciar las aptitudes de los trabajadores, ser transparentes y no infundir miedos, pues lo único que se consigue es reprimir la creatividad de las personas y anular su potencial (fórmula perfecta para el fracaso empresarial). Basar nuestra misión y autoestima en el ser, que no en el tener, es garantía para afrontar el miedo, y es importante el sentido del humor para distanciarnos de él.
Como conclusión y para dar punto y final quisiera dar mi opinión sobre este libro tan curioso y a la vez interesante sobre el NoMiedo. Más de una vez te sientes identificado con los temores que aquí se relatan y te das cuenta de cómo tus miedos muchas veces te impiden hacer cosas. Deshacerse del miedo es posible, pero se trata de uno de los retos más difíciles al que puede enfrentarse una persona. La mejor fórmula es el NoMiedo, NoMiedo en la vida y NoMiedo en el trabajo. Os animo a todos a leerlo. Merece la pena.
“Dame una palanca y un punto de apoyo y moveré el mundo”


como bien lo explica en el articulo existen muchos tipos de miedos!los beneficiosos son aquellos que nos preparan para una situacion de peligro poniendo nuestro cuerpo en alerta! mientras que aquellos miedos que nos impiden sociabilizarsnos o lograr determinados objetivos deben ser moderados y controlados. Por otro lado onozco una frase que dice que el miedo no controlado se llama pánico. Este es el verdadero miedo al que debemos temerle ya que el pánico paraliza a las personas. En un caso de emergencia si somos dominados por el miedo y llegamos al panico, estaremos muy propensos a no salir de esa situación.
ResponderEliminarno podria estar más de acuerdo contigo alejandro. Es el miedo al que más podemos temer, el quedarnos paralizados y no saber reaccionar.
ResponderEliminargracias por tu aportación